El aumento de estrógenos y progesterona que se produce durante el embarazo hace que zonas erógenas como los genitales externos y los pechos estén mucho más irrigadas e inervadas y que su tamaño aumente, lo que causa un incremento importante de la sensibilidad.
Por lo general, se produce un aumento de la libido (deseo sexual) y una mayor facilidad para alcanzar el orgasmo.
Cuando una mujer embarazada se excita, aumenta el volumen de sangre con oxígeno que llega a toda la pelvis. Esto se convierte en un “bufé” extra para el bebé intrauterino, al que también le llegarán buenas sensaciones transmitidas por sustancias químicas transmisoras de placer y endorfinas.
Tener una vida sexual activa durante el embarazo también ayuda a que el cérvix esté más maduro, blando y entreabierto para el parto.
Durante la gestación no existe peligro alguno por mantener una vida sexual activa, excepto en el caso de que la gestante sufra hemorragias o que haya roto el saco formado por las membranas fetales.
Ref. Michel Odent, 2009,
Editorial OB Stare
Comments